“Cuando niño, creía
que más allá del arcoíris existía un mundo donde las nubes eran de dulce
algodón. Creía que la amistad era para siempre…que mis padres tenían el poder
de protegerme de cualquier peligro. No conocía el odio ni el rencor…Soñaba…sin
limitaciones soñaba. Creía que todos viviríamos para siempre. Con el tiempo
esas ilusiones infantiles desaparecen, pero cuando estoy con estos niños…mi
corazón vuelve a mi niñez y por un breve instante, vuelvo a creer”.